Hace más de 100 años que ingenieros y expertos automotrices trabajan incansablemente en armadoras para crear vehículos que faciliten la vida humana de manera cómoda y segura. Ya en 1933 Tornel fabricaba las primeras llantas para el Ford Modelo T, el primer automóvil en ser producido en serie y que revolucionaría al mundo.

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Todas estas décadas de experiencia se han traducido en conocimiento único, el cual es puesto en práctica por especialistas que trabajan en proyectar, diseñar y hacer realidad nuevos modelos de coches y llantas. Esto es esencial, pues tienen la responsabilidad de no solo darnos un medio de transporte, sino de garantizarnos seguridad.

Y además de todo lo anterior, la industria automotriz es considerada en México, hoy en día, como esencial, pues ayuda a mantener en movimiento al país. Cabe resaltar esto ahora que comenzamos una nueva normalidad en la que seguiremos poniendo de nuestra parte para reactivar la economía nacional.

Pero de regreso a las llantas…

A veces parece que los usuarios nos sentimos ingenieros automotrices, pues hacemos modificaciones que tienen un impacto que ni siquiera logramos ver. Quizá valdría la pena reflexionar sobre lo que estamos haciendo.

Cambiar los rines originales por rines de mayor diámetro, por ejemplo, es algo con lo que debemos tener mucho cuidado. Este tipo de cambios tienen un impacto enorme en nuestra seguridad y economía.

¿Cómo?

  • Se realiza una lectura falsa en el odómetro del kilometraje y la velocidad.
  • Se genera un mayor gasto en combustible.
  • El desgaste irregular de las llantas afecta la vida útil del auto al funcionar en un rodaje distinto.
  • Se pierde la garantía original.
  • Caer en un bache puede significar perder la movilidad (¡y baches es algo que tenemos mucho en México!).
  • Hay una pérdida de estabilidad.

Eso sin contar que aumentar el tamaño de diámetro del rin nos obliga a montar una llanta de costado más bajo (menor perfil del piso al rin), por lo que las condiciones de manejo y seguridad se ven totalmente modificadas.

Otro ejemplo común es cambiar las llantas diseñadas por los ingenieros automotrices por llantas más anchas. Al poner llantas con mayor tamaño de banda de rodamiento el peso del vehículo no corresponde adecuadamente al contacto con el camino y repercute en su agarre y estabilidad.

Es por estas razones, y muchas más, que promovemos una cultura de no modificar las características particulares de los vehículos. Claro está, nos referimos a coches de uso particular y no vehículos de tunning o uso específico.

Por ahora, solo nos queda agradecer tu interés. La próxima semana hablaremos de nuevos detalles útiles. De la misma forma, en el blog de la semana pasada podrás encontrar información relacionada a la seguridad de tus llantas.

¡Cuidado con las modificaciones técnicas a tu auto! Y recuerda, si cambias de llantas, pide JK Tyre o Tornel.