Para que una llanta pueda funcionar correctamente y aportar a la conducción todas sus prestaciones, debe estar debidamente inflada con la presión de aire adecuada.
Cuando los neumáticos pierden aire, pueden perder características importantes, como adherencia o tracción, y pueden incluso ser más propensas a sufrir daños como cortes o desgarros.
Existen múltiples razones por las que una llanta puede perder presión, que incluso en algunos casos, pueden combinarse y acelerar su desinflado.
Por mencionar algunas de las razones, las más comunes suelen ser:
- Válvulas en mal estado, lo que afecta su función de contención de aire dentro de la cámara de la llanta, perdiendo así su presión.
- Exceder la carga que soporta el coche, lo que puede aumentar el escape de aire por las válvulas.
- Defectos como quiebres o fracturas en la estructura de la llanta.
- Ponchaduras, roturas, desgarros o malformaciones en la banda de rodadura o en los flancos de la llanta.
En cualquiera de estos casos o algún otro que levante la sospecha de una pérdida de presión en los neumáticos, es recomendable acudir a un taller especializado para que se revisen tus llantas con el fin de identificar la falla y determinar si tiene alguna solución o será necesario reemplazarlas.
¡Evita correr riesgos innecesarios!
Recuerda que en JK TORNEL contamos con una amplia gama de neumáticos especialmente diseñados para soportar las condiciones de camino más adversas.
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